Cuando Hugo se va a Italia para hacer una estancia y trabajar en una nueva traducción, no sabe muy bien qué va a buscar. No todo es la traducción. También le empuja el deseo de tomar distancia de una cotidianidad rutinaria, de apartarse y al mismo tiempo de reencontrarse. Pero lo que seguramente no ha previsto es que los cambios de residencia abren nuevos interrogantes y transforman el espíritu
En Perugia, Hugo conocerá a Paolo, un personaje singular que el impactará por su actitud vital, tan diferente de la suya.
Septiembre en Perugia habla con serenidad y sutileza del alejamiento, de la amistad y de las constantes evoluciones inherentes a la vida.