Un libro breve y contundente para evitar el estrés y vivir una vida más plena, más lenta, más profunda y tranquila. En definitiva, una vida mejor.
Las manos nos han permitido evolucionar como especie (hacer fuego, cocinar, hacer cerámica y jarras, hacer manualidades, música y jardinería…), pero ahora parece que el mundo digital lo ha invadido todo, y ya no tenemos ni tiempo ni ganas de hacer nada: todo lo hacemos a través de mandos. Nuestras manos pulsan botones, pero ya no sabemos ni coser un botón. Volver a utilizar las manos nos ayudaría a reconciliarnos con nuestra natura y ser, quizás, un poco más felices.
Un libro para volver a utilizar las manos y sobrevivir a la era de la inmediatez digital y el «estoy muy ocupado».
En algún momento de eso que llamamos evolución olvidamos el poder de las manos, pero parece que las estamos volviendo a valorar. Este mundo que se cae a pedazos quizás sólo la arreglaremos de manera artesanal, haciendo cosas