Blanca Marçal ha estado toda la vida profesora de instituto. Ahora que está a punto de jubilarse, mira atrás y hace balance de su trayectoria. Ha tenido bastantes aciertos, pero también ha cometido algunos errores. Por sus clases han pasado muchos alumnos, algunos bastante problemáticos. Pero hay uno que nunca olvidará: aún recuerda el día que se fijó por primera vez en el chico que se sentaba en la punta de la segunda fila, Mirko Lloberes...
Los inadaptados también son aquéllos que luchan incansables a contracorriente para que todo salga bien.
Un homenaje literario a los profesores con vocación auténtica.