Irene es una chica de Sabadell que está a punto de empezar el instituto cuando sus padres le anuncian que dejan la ciudad para ir a vivir a Llobarca, un pequeñísimo pueblo del Pirineo. Irene está muy contrariada, pero no hay nada que hacer. En Llobarca sólo viven ochenta personas, con casas de piedra, vacas y prados, y a ella le parece un horror. Pero al poco tiempo de mudarse estalla una terrible pendemia mortífera y todo el mundo intenta escapar de las grandes ciudades. Llobarca queda totalmente aislada y por este motivo se salva. La vida en el pequeño pueblo le reservará muchas sorpresas, con la promesa de una nueva vida al final.
Un homenaje moderno al clásico de Pedrolo Mecanoscrit del segon origen, al que hace referencia de forma divertida, como también se remite a su anterior novela Obaga, ambientada en el pueblo inventado de Llobarca.
Una reflexión muy interesante sobre el mundo que nos rodea visto desde la perspectiva de una preadolescente de doce años.