Un libro experiencial, sincero, sin edulcorantes, emotivo y muy empático de una madre que acompaña a su hijo a saltar juntos los muros casi infranqueables de la dislexia, un trastorno que afecta entre el 4% y el 10% de la población.
El jugador dislèctic (El jugador disléctico) no es un manual sobre la dislexia. Tampoco es un libro de autoayuda. No es un libro dramático ni suavizado con florituras sobre esa discapacidad. El jugador disléctico es un texto que comparte con el lector lo que significa convivir con la dislexia desde la barrera de alguien que la observa y empatiza -sólo como una madre o un padre puede hacerlo-, con su hijo.
Con un epílogo del actor Ivan Massagué, que ha convivido toda su vida con la dislexia.