La asesina represión franquista, los primeros atentados de ETA, la Caputxinada, la maravillosa aventura teatral de La Pipironda, los intelectuales que escribían la enciclopedia Espasa... Los ojos de los hombres mentirosos observan la ciudad.
Ernest pertenece a una familia burguesa, miedosa y connivente con el franquismo, pero él se mueve indeciso en los laberintos de la clandestinidad que acaba de descubrir. A finales de 1965, entra en la vieja Universidad de Barcelona lleno de incertidumbres, perturbado por la intensa atracción incestuosa que siente por su madre y fascinado por un grupo de teatro que vive al margen de la legalidad. Con todo, Ernest acumulará estímulos culturales de todo tipo. El mítico Mayo del 68 también es un imán poderoso y, de repente, en 1969, huye de Barcelona. En París conoce la Dorothy, explora los caminos de la libertad, toma conciencia de los trastornos que ha vivido, y nos deja testimonio de todo ello.
«No era una cuestión de ideología, era peor, era más profundo, era esencial, era una cobardía confortable, segura, indiferente a las consecuencias que tenía, una cobardía hecha de buenas maneras, educada y europea, resistente a la retórica enfática, carca, eclesiástica y militar de España, pero a la vez cómplice de todo esto.»